lunes, 12 de mayo de 2014

Soy fan


Sin duda alguna y, a pesar de todo, me declaro fan de la vida. 

Fan de las mujeres que dejan a un lado su orgullo y dan el primer paso.


Fan de los hombres con traje que defraudan a su seriedad cuando juegan con sus hijos y se convierten, en efecto, en un niño más.  


Fan de la piscina. Y de tirarse de bomba sin importar la edad que se tenga.


Fan de los parques, que ven nacer grandes historias. 



Fan de los niños y sus miradas inocentes. 

Fan de la luna y de las estrellas.


Fan del olor a café o a gasolina. El olor a césped recién cortado, a tu colonia o al de los libros que abres por primera vez.

Fan de la música.


Fan de las fiestas y de las tradiciones. 


Fan de las reuniones, no importa que sean de vecinos, de trabajo o familiares, aunque sin duda las últimas son las mejores.


Fan de los besos desinteresados y las sonrisas sinceras.


Fan de los recuerdos y los viajes al pasado, pero siempre con la mirada puesta en el presente.

Fan del "al mal tiempo buena cara".

Fan de los amigos, los de verdad. Los que están ahí pase lo que pase y los que, a pesar de todo, te siguen queriendo.


Fan de los "hasta luego" y los reencuentros.

Fan de las vacaciones, de verano o de invierno, eso es lo que menos importa.

Fan de las flores que decoran los salones y alegran las calles.


Fan de ti. Y de cada uno de tus gestos.


Fan de los bailes en pareja, los bailes de grupo y los que se hacen delante del espejo.


Fan de la sinceridad, o la honestidad. La generosidad, la belleza y el optimismo.


Fan de los "buenos días" y las "buenas noches". 

Fan de los tacones y los bolsos caros. Pero también de los vaqueros y las camisetas básicas. Pueden resultar incluso más elegantes. 


Fan de las comidas que se convierten en cenas y acaban con un desayuno después de salir de fiesta.


Fan de la brisa del mar cuando acaricia mi cara.

Fan de las cervezas con amigos.

Fan de las tardes de lluvia acompañadas con chocolate caliente, sofá y manta.

Fan de la familia que, pese a que no es familia, se ha convertido en ella.


Fan de las noches en vela. Y las noches a tu lado.

Fan de las bañeras con sales y aceites. Y de las duchas rápidas porque "he quedado y ya estoy llegando tarde".



Fan de los viernes, y de los sábados. Pero también de los domingos, lunes y martes porque, aunque todos digamos lo contrario, también nos gusta volver a la rutina.

Fan de los padres, nuestros incondicionales. Y de los abuelos, que nos consienten lo que queremos, nos cuidan y nos defienden. 


Fan de los chistes malos que nos hacen reír.

Fan de mi cara de tonta cuando hablo de ti.


Fan del mundo, de la vida y de los sueños. Porque detrás de cada mala noticia, de cada día gris, y de cada lágrima, hay millones de motivos para mantener la esperanza, largos días de sol y mil y una razón para sonreír.


M.




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